Medicina
Los probióticos mejoran los síntomas del síndrome de intestino irritable
El síndrome del intestino irritable está frecuentemente asociado con alteraciones en la microbiota intestinal, existiendo una reducción de bacterias beneficiosas y un incremento de bacterias productoras de gases que contribuyen a la inflamación y los síntomas característicos de esta condición. Los probióticos actúan compitiendo con bacterias patógenas, produciendo sustancias antimicrobianas y modulando la respuesta inmune intestinal, lo que podría conllevar una mejora en la digestión y una reducción de la inflamación.
Una revisión sistemática reciente (Umeano et al., 2024) evaluó el impacto de la suplementación con probióticos en la sintomatología del síndrome del intestino irritable. Se incluyeron ocho ensayos clínicos aleatorizados realizados en distintos países entre 2018 y 2023 sumando más de 1.000 participantes. Las intervenciones consistieron en la administración de probióticos o placebo durante períodos que variaron entre las 4 y las 16 semanas en cada uno de los estudios. Cuatro estudios emplearon una sola cepa de probiótico, mientras que los otros cuatro utilizaron combinaciones de diferentes cepas, entre dos y quince especies bacterianas diferentes. La evaluación de la sintomatología se realizó mediante herramientas estandarizadas, como la escala de severidad de los síntomas del SII, la escala visual analógica para el dolor, escalas para evaluar el dolor abdominal y la consistencia de las heces, y escalas de calidad de vida.
Los resultados mostraron que la suplementación con probióticos puede reducir significativamente los síntomas del síndrome del intestino irritable en comparación con el placebo. Estos resultados incluyen mejoras en el dolor abdominal, en la consistencia de las heces, y en la calidad de vida de los pacientes. Además, se observaron beneficios adicionales en la frecuencia de las deposiciones, la reducción de la inflamación y una mejora en el bienestar psicológico. En uno de los estudios, se observó incluso una disminución en la necesidad de medicamentos de rescate para el alivio del estreñimiento severo.
La efectividad de los probióticos parece depender de la cepa específica utilizada y de la dosis administrada, subrayando la necesidad de realizar un mayor número de estudios que permitan identificar las cepas más efectivas para los distintos síntomas y subtipos de síndrome del intestino irritable. En cuanto a las cepas de probióticos, los géneros Lactobacillus y Bifidobacterium fueron los más utilizados en las diferentes formulaciones evaluadas. En particular, se observó una tendencia positiva hacia la mejoría en aquellos pacientes que consumieron probióticos que contenían Bifidobacterium en su composición.
En conclusión, esta revisión sistemática sugiere que los probióticos representan una intervención efectiva para el alivio de los síntomas del síndrome del intestino irritable, ofreciendo a los pacientes una terapia que permite mejorar la sintomatología y la calidad de vida. Sin embargo, la efectividad de estos microorganismos puede verse influenciada por diversos factores, como la cepa específica y su combinación, la dosis, la duración del tratamiento y el subtipo de SII. Algunas limitaciones importantes son la falta de análisis más a largo plazo, sumado a la naturaleza autoinformada de los síntomas. Por tanto, futuras investigaciones deben investigar distintas cepas y combinaciones de probióticos, evaluar los efectos a largo plazo, y considerar la respuesta individual utilizando biomarcadores de función gastrointestinal que proporcionen criterios de valoración más robustos.
Una revisión sistemática reciente (Umeano et al., 2024) evaluó el impacto de la suplementación con probióticos en la sintomatología del síndrome del intestino irritable. Se incluyeron ocho ensayos clínicos aleatorizados realizados en distintos países entre 2018 y 2023 sumando más de 1.000 participantes. Las intervenciones consistieron en la administración de probióticos o placebo durante períodos que variaron entre las 4 y las 16 semanas en cada uno de los estudios. Cuatro estudios emplearon una sola cepa de probiótico, mientras que los otros cuatro utilizaron combinaciones de diferentes cepas, entre dos y quince especies bacterianas diferentes. La evaluación de la sintomatología se realizó mediante herramientas estandarizadas, como la escala de severidad de los síntomas del SII, la escala visual analógica para el dolor, escalas para evaluar el dolor abdominal y la consistencia de las heces, y escalas de calidad de vida.
Los resultados mostraron que la suplementación con probióticos puede reducir significativamente los síntomas del síndrome del intestino irritable en comparación con el placebo. Estos resultados incluyen mejoras en el dolor abdominal, en la consistencia de las heces, y en la calidad de vida de los pacientes. Además, se observaron beneficios adicionales en la frecuencia de las deposiciones, la reducción de la inflamación y una mejora en el bienestar psicológico. En uno de los estudios, se observó incluso una disminución en la necesidad de medicamentos de rescate para el alivio del estreñimiento severo.
La efectividad de los probióticos parece depender de la cepa específica utilizada y de la dosis administrada, subrayando la necesidad de realizar un mayor número de estudios que permitan identificar las cepas más efectivas para los distintos síntomas y subtipos de síndrome del intestino irritable. En cuanto a las cepas de probióticos, los géneros Lactobacillus y Bifidobacterium fueron los más utilizados en las diferentes formulaciones evaluadas. En particular, se observó una tendencia positiva hacia la mejoría en aquellos pacientes que consumieron probióticos que contenían Bifidobacterium en su composición.
En conclusión, esta revisión sistemática sugiere que los probióticos representan una intervención efectiva para el alivio de los síntomas del síndrome del intestino irritable, ofreciendo a los pacientes una terapia que permite mejorar la sintomatología y la calidad de vida. Sin embargo, la efectividad de estos microorganismos puede verse influenciada por diversos factores, como la cepa específica y su combinación, la dosis, la duración del tratamiento y el subtipo de SII. Algunas limitaciones importantes son la falta de análisis más a largo plazo, sumado a la naturaleza autoinformada de los síntomas. Por tanto, futuras investigaciones deben investigar distintas cepas y combinaciones de probióticos, evaluar los efectos a largo plazo, y considerar la respuesta individual utilizando biomarcadores de función gastrointestinal que proporcionen criterios de valoración más robustos.
Umeano L, et al. Effectiveness of Probiotic Use in Alleviating Symptoms of Irritable Bowel Syndrome: A Systematic Review. Cureus. 2024 Apr 15;16(4):e58306. doi: 10.7759/cureus.58306.
* Las noticias publicadas sobre estudios no suponen un posicionamiento oficial de ICNS, ni una recomendación clínica.
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